Evita las mentiras

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Las mentiras no son una buena costumbre porque dañan las relaciones personales. Las mentiras enmascaran la realidad y la tiñen de una gris apariencia. Evita las mentiras porque te sentirás mucho más libre al ser tú mismo y estar en paz con tu conciencia.

Si por ejemplo te hacen una pregunta que consideras que es muy personal y no te apetece dar una respuesta a esa cuestión, entonces, di claramente que es un tema privado. Pero no inventes una excusa porque merece la pena disfrutar del momento presente y ser sincero contigo mismo por encima de todo.

Lo malo de mentir a los demás es que cuando caes en esa trampa te estás mintiendo a ti mismo. Por tanto, aprende a dar valor a tu realidad cotidiana para entender que eres una persona maravillosa y capaz de sentirte libre de qué quieres compartir con los demás y qué no estás dispuesto a compartir con nadie más.

A la larga, las mentiras siempre tienen unas consecuencias a largo plazo que hacen daño. Para evitar ese tipo de consecuencias toma conciencia de que no es un buen camino recurrir a una mentira en ningún momento.

Los niños suelen mentir con más frecuencia que los adultos. Pero en su camino hacia la madurez descubren que tienen que decir la verdad porque cuando alguien se acostumbra a mentir siempre entonces, puede llegar un momento en el que nadie creerá sus palabras.

Las mentiras pueden romper una relación de pareja, por ejemplo, una infidelidad puede ser muy triste.Del mismo modo, en el plano de la amistad una mentira se puede considerar como una traición que causa grandes heridas. Y en algunos casos, la distancia que se produce entre dos personas después de una mentira es imposible de reducir.

Evita las mentiras para vivir mejor, para tener más paz en ti mismo, para contar con la tranquilidad interior necesaria que te permite disfrutar de la vida y ser tú mismo por encima de todo.

En ocasiones, las personas que mienten demasiado pueden tener miedo de ser ellas mismas.