Tristeza social ante los más de cinco millones de parados

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El desempleo es una de las situaciones más amargas que nos están tocando vivir en la sociedad del bienestar en la que estábamos inmersos hasta hace muy pocos años. Una sociedad de comodidades y de bienestar en donde nada hacía pensar que semejante drama social nos esperaba a la vuelta de la esquina.

Los datos nuéricos son desoladores. Personas que se quedan sin casa, personas que acuden a comer a comedores sociales o que necesitan de la ayuda de Cruz Roja para salir adelante, gente que no recibe ningún tipo de subsidio o que lleva más de dos años en el paro.

La cifra suena rotunda: ya hay más de cinco millones de parados, la falta de esperanza ante un futuro mejor crece por momentos en aquellas personas cuya única esperanza es en muchos casos, la de salir a buscar trabajo al extranjero.

Allí donde sí se valora el talento puesto que ya vivimos una clara fuga de cerebros, personas con un gran potencial y talento que se han marchado para trabajar lejos de su ciudad porque la falta de ofertas de empleo en España cada vez es más grave. Y además, quienes tienen una alta formación sufren un efecto indirecto por ello:

En muchas empresas no quieren a trabajadores que tengan tanta formación porque saben que en el momento en que tengan una oferta mejor se marcharán a trabajar a otro lugar. La situación no es fácil pero la realidad es que es indispensable seguir luchando a pesar de todo, para poder buscar un trabajo y para combatir el desempleo.

Un desempleo que no solo causa una gran tristeza económica sino también emocional. En muchos hogares, los niños no saben por qué sus padres están tristes. Pero es que no hay nada más duro para un padre que ver que no puede ofrecer una estabilidad real a su hijo.

Ya hay más de cinco millones de parados, pero conviene recordar que con la cercanía de la Semana Santa es una buena época para buscar trabajo aunque sea de una forma temporal.

Más información: ABC