Una nueva dependencia: la adicción al trabajo

Una adicción limita la libertad humana en la medida en que la satisfacción de determinada necesidad se convierte en un problema emocional de primer orden. Existen muchos tipos de adicciones, de hecho, parece que evolucionan con el mismo compás de los tiempos. Hoy día, parece que existe una gran información en relación con el tabaco y las consecuencias que produce. Incluso, en España ya no se puede fumar en bares y restaurantes con las consecuencias que esta nueva ley supone para la vida social de los fumadores.

Existe otro tipo de adicción más que preocupante en nuestros días. La adicción a las compras aumenta en una sociedad consumista en la que aumenta la importancia del tener por encima del ser. Aquellas personas que tienen problemas de adicción a las compras deben pedir ayuda, pero además, deben acostumbrarse a salir de casa sin dinero en metálico y sin tarjetas de crédito. Afortunadamente, mediante los medios adecuados y el apoyo emocional necesario cualquier persona puede poner fin a una adicción.

Pues bien, hoy día, muchas personas tienen dependencia hacia el trabajo. Tanto que incluso, estas personas no pueden desconectar el teléfono durante los días libres al igual que incluso, siguen pegados a los problemas de la oficina durante las vacaciones. Generalmente, aquellas personas que tienen algún tipo de adicción al trabajo esconden un problema personal que no quieren afrontar por ello, se refugian horas interminables en el trabajo con el objetivo de mantener la mente ocupada.

Del mismo modo, también existen personas obsesionadas con el éxito y con el triunfo. Así, cuantas más horas pasa en el trabajo una persona, menos tiempo tiene para dedicarlo a sus amistades y al tiempo de ocio. De esta forma, se produce una especie de monopolio a nivel intelectual en el que la persona no se da cuenta de que en la vida hay muchas más cosas que trabajo, trabajo y trabajo. La vocación es excelente y muy positiva pero vivida con un límite. Se convierte en negativa en el momento en que dejamos de lado a nuestros amigos, e incluso, a nosotros mismos. Algo, sin duda, muy grave en relación con el bienestar.

Imagen: El Cofrecito.net