Coaching para mejorar la comunicación interpersonal

Coaching para mejorar la relación interpersonal

Las personas somos más parecidas de lo que creemos en muchas ocasiones. Uno de los mayores errores a la hora de comunicarnos en fijarnos únicamente en las diferencias. Claro que es importante entender que cada persona tiene su modo de ser, de reaccionar y de pensar, pero eso, lejos de ser una barrera es una fuente de riqueza que te permite aprender de los otros.

En realidad, para una buena comunicación, es indispensable tener las cosas claras, es decir, es indispensable dar reconocimiento emocional al receptor para generar empatía. Cuando una persona se da cuenta de que recibe cariño, entonces, de una forma inevitable también toma confianza con el otro. Pero en ocasiones, es un error no dar tiempo al tiempo, ya que puede conducir a una incomunicación.

Por ejemplo, existen personas que de entrada son más distantes, pero eso no significa que no sean afectivas o no tengan ganas de hacer nuevas amistades. Sin embargo, ante la apariencia de frialdad exterior, existen muchas personas que se dan por vencidas y tiran la toalla.

Para mejorar la comunicación interpersonal con los demás, intenta ser observador. La mejor forma de conocer a las personas es observarles para poder conocerles mejor. A la hora de mejorar la comunicación interpersonal también es indispensable tener un claro concepto de la intimidad, por ejemplo, evita preguntas indiscretas que pueden hacer sentir incómoda a otra persona.

Para mejorar la comunicación interpersonal también es indispensable hacer autocrítica para poder mejorar. Por ejemplo, es posible mejorar no sólo en el ámbito de la comunicación no verbal, sino también, en el ámbito de la comunicación verbal. En ese caso, cultiva la asertividad.

A la hora de mejorar las relaciones interpersonales, interésate por los demás de una forma honesta y sincera. La prudencia es una gran virtud a la hora de cultivar las relaciones personales.

Del mismo modo, conviene aprender a pensar dos veces antes de decir cosas que lejos de aportar algo bueno a la relación, pueden destruirla. Eso no significa tener miedo a los conflictos, puesto que las diferencias pueden gestionarse de una forma muy positiva con el diálogo.

Imagen: Qué digo