Arte espiritual y su influencia en la salud

El ser humano debería de ser tratado como un todo completo a la hora de resolver sus problemas de salud. Desde el punto de vista de la medicina moderna se ha tendido a la especialización y a analizar las partes sin tener en cuenta el todo y es por eso que muchas veces no se encuentra la cura para los males de cada individuo.

Y es que no funcionamos como piezas engranadas individualmente, ni siquiera solo como parte material, sino que cuerpo y espíritu (o alma, parte emocional o el término que se prefiera para referirse a la parte no física de la persona) están íntimamente ligados y lo que afecta a uno tarde o temprano acabará repercutiendo en el otro tanto positiva como negativamente.

Si una persona está deprimida y su estado de ánimo no es correcto fácilmente acabará psicomatizando su tristeza a través de una enfermedad del cuerpo. Y cuándo este no funciona como es debido a la larga el carácter también se ve alterado como podemos apreciar en personas afectadas por largas enfermedades crónicas que acaban modificando su forma de ser.

Por el contrario todos conocemos casos de personas muy optimistas que han conseguido superar enfermedades graves mostrando una actitud positiva y afrontando sus problemas desde un punto de vista emocionalmente fuerte y sano. Estas personas no solo influyen positivamente en su salud sino que son capaces de transmitir esta fuerza interior a los que le rodean. Tras estar con ese tipo de gente es habitual notar que nos sentimos mejor y más animados.

Sanar el cuerpo es sanar el alma

No se pude sanar la parte física del cuerpo si el alma está “enferma”. Es necesario un equilibrio de energías que lleve a la salud total de la persona. Los practicantes de artes marciales, como el Tai Chi, conocen bien esta relación de energías y la forma en que fluyen en el cuerpo.

Con la práctica y los años aprenden a modificar dichas energías y corregir aquellas que resultan perjudiciales para el correcto equilibrio de la persona. Pero hay otros modos de canalizar las energías y de crear estados beneficiosos para la salud emocional y física del individuo. Uno de ellos es el conocido como arte espiritual.

¿Qué es el arte espiritual?

Se trata de una novedosa tendencia que conjuga arte, antiguos ritos chamánicos de tratamiento de la energía, estudios sobre la influencia del trazo y el color en la parte emocional del individuo y conceptos de la filosofía del nuevo milenio.

En España este tipo de arte conocido como arte espiritual cuenta con una de las pioneras a nivel mundial de este movimiento que mezcla arte y espiritualidad en cada pincelada: Roser Noguera y su sitio web www.guidingart.com

A través de los cuadros de arte espiritual la artista, que ejerce como chamán, es decir, como intermediario entre el mundo espiritual y el físico, puede captar el alma de una persona y representarla a través de una comunión de formas y colores capaces de representar las intrincadas complejidades del subconsciente humano.

Y es que con de esta representación la persona reflejada podrá contar con una herramienta extraordinaria y muy personal para servirle de base en sus meditaciones. A través del color y las imágenes representadas también se supone que podrá recibir una fuerte carga energética que contribuirá a su bienestar espiritual y con él a la mejora de su salud física.

Los creadores de este arte defienden que su influencia a nivel energético puede ser tan fuerte que uno de estos cuadros puede contribuir a la protección de un negocio al modificar las fuerzas que se crean en el ambiente laboral. Si trabajadores y clientes se sienten a gusto y más positivos el trabajo será más productivo y el negocio mejorará. El arte y la energía que transmite pueden influir en esto de la misma forma que lo hace en el cuerpo y la salud.

Influencias filosóficas y artísticas

A un nivel artístico el arte espiritual está muy influenciado por los dibujos de estilo figurativo y las pinceladas de trazos expresionistas. Pero ante todo se trata de un arte simbólico donde todo tiene un por qué.

Sus principales influencias provienen de la filosofía oriental y de filosofías occidentales de nuevo sello que abogan por  el reencuentro entre la parte física y la espiritual del individuo tras todos estos siglos de separación. Precisamente ha sido esta separación lo que han llevado, según estas teorías del nuevo milenio, al desequilibrio de la persona.

El desequilibrio conduce al malestar y finalmente, si no se corrige de un modo adecuado, causa la enfermedad del cuerpo.

También es notoria la influencia de las culturas chamánicas de los pueblos indígenas americanos, tanto del norte como del sur y de la utilización que algunos de estos sanadores hacían de las imágenes y los colores como elementos imprescindibles para sus ritos de curación de las enfermedades.