Muere el inolvidable detective Colombo

La televisión nos ha dejado rostros inolvidables para el recuerdo. De hecho, los actores siempre confiesan que la tele tiene una gran capacidad de influencia mediática en tanto que convierte en fenómeno social de la noche a la mañana a un artista. Así lo han vivido en primera persona rostros populares de la televisión nacional como es el caso de Miguel Ángel Silvestre, inolvidable en su papel de El Duque en la serie Sin tetas no hay paraíso. Algo que también le sucedió a la guapa Amaia Salamanca.

Pues bien, en esta ocasión, tenemos una mala noticia que daros en relación con uno de los personajes más carismáticos de las series de investigación y de suspense. El querido e inolvidable detective Colombo nos ha dejado y ya forma parte de la historia del cine y de la televisión. Sin duda, el detective Colombo o lo que es lo mismo, el prestigioso Peter Folk, conquistó el corazón del espectador por su afán por la justicia y por su capacidad por descubrir la verdad incluso de los casos más oscuros, difíciles y complicados.

Peter Falk fue además un actor muy premiado ya que ganó nada más y nada menos que cuatro Emmys y también estuvo nominado en varias ocasiones a los Oscar. Un mérito que sólo está reservado para los mejores. Ahora, su familia le recuerda con tristeza al igual que todos los fans de este artista notan ya su ausencia. Pero está claro que el séptimo arte convierte en inmortal a cualquier persona, es decir, siempre podemos seguir recordándole gracias a su trabajo.

El actor ha muerto a la edad de 83 años. Es decir, afortunadamente, ha tenido una larga vida en la que ha podido disfrutar no sólo de éxitos profesionales sino también personales. Por supuesto, a lo largo de una vida tan larga también habrá tenido que hacer frente a aspectos tan humanos como la decepción, el dolor, la tristeza y los fracasos.

El detective Colombo nos ha dejado pero él siempre será uno de los grandes y un referente para todas aquellas personas que quieren dedicarte al mundo de la interpretación.

Imagen: Vanitatis