Calidad del aire en los hospitales: algo sobre qué preocuparse
Las personas que permanecen en los hospitales son muy diferentes entre ellas: algunas son saludables, otras sufren de alergias, otros padecen enfermedades graves o se encuentran en recuperación de alguna intervención quirúrgica, o son ancianos o bebés, etc.
Una infección hospitalaria es una enfermedad que puede adquirir cualquier en un hospital. Este tipo de infecciones representan un importante problema para la salud pública, ya que aumentan el porcentaje de mortalidad, el tiempo medio de internamiento y también los costos hospitalarios. Por esa razón, una de las grandes preocupaciones para la salud pública consiste en reducir el índice de infecciones hospitalarias.
Donde hay mayor transmisión de infecciones es a través del aire y por eso, la cuestión del aire acondicionado y de su distribución y difusión, debe ser realizada con cuidado. Hay que tener en cuenta que esto juega un papel muy importante en la salud y en la comodidad de los pacientes durante su estancia en el hospital.
Los hospitales tienen necesidades térmicas muy variadas debido a los cuidados de salud que prestan durante 24 horas. Los procedimientos necesarios para la calidad de aire interior contemplan: la velocidad del aire, la filtración, la evacuación, el control de la temperatura y de la humedad.
Calidad del aire en quirófanos
En relación a la calidad del aire en los quirófanos hay que tener en mente que éste puede contener microorganismos, polvo y células que provienen de la respiración de los ocupantes.
El número de microorganismos suspensos en los bloques operatorios es proporcional al número de personas que se mueven dentro de ellos y, por eso, es esencial que tan sólo estén presentes las personas necesarias dentro del quirófano. La contaminación de los ambientes quirúrgicos es influenciada por el número de personas que están en el bloque, el tipo de ropa de los médicos y el tipo de ventilación.
Los sistemas de tratamiento del aire y de la ventilación tienen un papel esencial en el control de las condiciones adecuadas para la realización de una operación. Son ellos que garantizan las condiciones necesarias para su correcta realización, ya que aseguran la seguridad de los pacientes y la comodidad térmica de ellos, de los cirujanos y de todo su equipo.