Pierde el miedo a enseñar tus pies con pequeños consejos

Los pies son esos grandes olvidados a los que no solemos prestar la atención que se merecen. Pasan el día dentro de los zapatos, soportan el peso de nuestro cuerpo y realizan grandes jornadas de trabajo caminando o parados.

cuidados para la salud

Todo ello provoca que a menudo aparezcan rozaduras, callos, durezas, hongos en las uñas e hinchazón, entre otras cosas, lo que resulta molesto y doloroso, además de antiestético.

Si quieres mantenerlos en buena forma, lee los consejos que te damos en este artículo. Tener unos pies bonitos y descansados es fácil y requiere poco tiempo.

CONSEJOS PARA MANTENER TUS PIES CUIDADOS

Estar muchas horas de pie o caminado provoca que los pies se hinchen debido al cansancio y a la mala circulación. Para que tus pies vuelvan a estar frescos y ligeros termina tu ducha diaria aplicándoles un poco de agua fría.

Pon las piernas en alto siempre que puedas y realiza unos sencillos ejercicios. Primero, haz movimientos circulares en ambos sentidos. A continuación, estira las puntas hacia adelante todo lo que puedas, mantén la posición unos segundos y relaja. Repite varias veces el ejercicio; activarás la circulación y ganarás flexibilidad. Finalmente, masajéalos con suavidad insistiendo en la planta del pie.

El exceso de sequedad en los pies puede provocar incluso grietas que pueden ser muy dolorosas. Si la piel seca es muy dura y gruesa, es necesario eliminarla con cuidado. No hay que profundizar en exceso para evitar hacer una herida. Lo mejor es emplear de manera habitual una lima específica para talones y durezas que las haga desaparecer paulatinamente. La piedra pómez con la piel húmeda después de la ducha diaria es una buena forma de eliminar durezas de forma no agresiva.  Y no olvides aplicar una buena crema reparadora e hidratante para finalizar.

Si tienes problemas de sudoración excesiva tus pies se pueden irritar con mayor facilidad y pueden proliferar los hongos. En ese caso, lo más aconsejable es utilizar unas plantillas para pies (ver aquí) que tengan carbón activado y acompañarlas de la aplicación de productos absorbentes como el talco o los polvos de alumbre.

Cuando aparecen rozaduras lo ideal son los parches a base de hidrocoloides que forman una segunda piel, calmando y cicatrizando. Si las rozaduras se producen porque el calzado queda suelto, emplea unas plantillas para zapatos para que tus pies se ajusten mejor.

Los antiestéticos y dolorosos callos se pueden hacer desaparecer con una solución de principios activos que lo ablandan hasta su total eliminación. La mejor forma de prevenirlos es que el calzado no sea demasiado estrecho.

La fórmula ideal para el cuidado de los pies es combinar los tratamientos caseros habituales, como pediluvios, masajes y exfoliación, con la visita a un centro podológico o estético donde podrás tratar problemas específicos de difícil solución.