Pedir perdón

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Es importante pedir perdón para sentirte en paz contigo mismo cuando hay algo que te roba la paz porque sientes que no te has comportado de la forma correcta con otra persona.

Por ejemplo, cuando sientes que has dicho algo fuera de lugar o que ha podido herir los sentimientos de otra persona. Pedir perdón es algo propio de almas grandes, de personas que son capaces de rectificar y de cambiar de rumbo.

El orgullo es uno de los motivos principales por el que muchas personas, no dan su brazo a torcer y tardan mucho tiempo en disculparse con otra persona. Mientras tanto, el tiempo pasa y podemos llegar a perder relaciones muy valiosas por una cuestión de tozudez. Tristemente, podemos darnos cuenta de lo que hemos perdido cuando ya es demasiado tarde.

Pedir perdón es un acto liberador, es como abrir una puerta que te puede conducir hacia la libertad interior de ser tú mismo siempre. En realidad, lo importante es que tú también te perdones a ti mismo, de lo contrario, puedes quedar siempre a la espera de algo que no llega. Es decir, no es suficiente con que la otra persona te ofrezca su perdón si tú no te permites aceptar esas disculpas.

Las palabras son sanadoras pero un error frecuente en las relaciones personales es esperar que otro adivine tu pensamiento o te diga exactamente lo que tú esperas cuando en realidad, lo importante es lo que tú piensas de ti mismo.

Apuesta por tus relaciones personales al cien por cien para curar las heridas. La Navidad es una época del año excelente para curar viejas heridas, para dar el paso en las relaciones personales, para tomar la iniciativa a la hora de buscar soluciones a través de un gesto tan simple pero tan positivo como el perdón.

En la vida, los errores son humanos, por tanto, ten humildad para asumir la perfección de lo imperfecto.