Cómo cambiar el pensamiento negativo por el positivo

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El pensamiento es la fuente de tu bienestar. A lo largo del día, pasan tantas ideas, conceptos y reflexiones por tu mente que te resulta imposible recordarlos con normalidad. Sin embargo, sí que puedes hacer un esfuerzo por pensar si en tu día a día la negatividad es el rasgo más habitual en tu mente. ¿Piensas siempre en negativo, en aquello que puede fallar, en una tragedia que puede suceder? Entonces, algo debe de cambiar dentro de ti puesto que la ansiedad surge de forma directa de un pensamiento poco adecuado de la realidad.

El pensamiento negativo también interfiere en tus relaciones con los demás. Por ejemplo, en el amor puedes ser una persona desconfiada que siempre se pone una coraza cuando conoce a una persona nueva. Del mismo modo, te fijas más en los defectos de tus amigos que en sus virtudes y en sus cualidades positivas.

El pensamiento negativo lo puedes descubrir incluso en relación contigo mismo. Por ejemplo, puedes ser una persona que se culpa en exceso por problemas de los que ni siquiera eres responsable. O tal vez, al acudir a una entrevista de trabajo piensas que todos los candidatos serán mejores que tú y tendrán una formación más eficaz.

Estos son algunos ejemplos de lo que implica el pensamiento negativo. El pensamiento produce ciertos sentimientos, y a su vez, el modo de sentir también se refleja en la acción. Es decir, existe una relación de causalidad entre estos elementos puramente humanos. Así que si quieres cambiar tu modo de obrar debes ir a la raíz del proceso de esta cadena causal: el pensamiento.

A través del pensamiento negativo sientes ansiedad, tristeza, rabia, ira… Sin embargo, mediante el pensamiento positivo experimentas alegría, ilusión, ganas de vivir, gozo, esperanza y confianza en ti mismo. Puedes empezar diciéndote a ti mismo mensajes positivos. Lo más importante es que aprendas a tratarte a ti mismo exactamente igual a como tratas a tu mejor amigo, a quien quieres, aprecias y aconsejas de forma constructiva. Sé más tolerante contigo porque así serás más feliz si te dejas sorprender por la propia vida. Mucha suerte. 

Imagen: El efecto coriolis